A seguir escribiendo...

En algunas columnas he tenido éxito, otras fueron polémicas y tuve la razón en muchas. En otras me equivoqué, pero aquí están para que todos las revisen, las comenten y las critiquen.

lunes, febrero 09, 2009

En el Día del Periodista: el caso Morris-Botero

Foto: CONTRAVÍA T.V

Parece que con la polvareda que se ha levantado en los últimos días en torno a la actuación de Hollman Morris y Jorge Enrique Botero en las liberaciones de secuestrados de la semana pasada, de nuevo, el espacio para el debate sobre el proceder de un periodista en situaciones de riesgo se está empezando a abrir.

Qué mejor oportunidad que la de hoy, Día del Periodista, para abordar este tema que, sin duda, tendrá múltiples opiniones y consideraciones que deben analizarse con altura, con respeto, pero sobre todo, en aras de ofrecer elementos de juicio que enriquezcan las posibilidades de actuación de un comunicador y le den luces que mejoren su trabajo.

En mi condición de periodista no puedo más que condenar las abusivas e irresponsables declaraciones del presidente Uribe. Poner la lápida en la espalda de estos dos comunicadores no es una actitud digna de un mandatario que dice respetar a la prensa. Pero no sólo condeno las declaraciones por ser periodista sino además, por ser un ciudadano pacifista que entiende que la prensa como elemento fundamental de una democracia, debe velar por el equilibrio en la información, lo cual a su vez, permite que diariamente se formen ciudadanos libres. Las partes y las contrapartes se deben escuchar por igual, eso es lo básico que se aprende en una facultad de comunicación y periodismo.



Foto: cooperativa.cl

El Tiempo y El Espectador de ayer domingo divulgaron con amplitud las apreciaciones de Morris y Botero y mostraron las declaraciones de Daniel Samper Pizano y de Olga Amparo Sánchez, estos tres últimos, garantes en el proceso de liberación. Es claro, luego de leer y comprender sus relatos que a Botero se le autorizó para portar sus cámaras, lo cual es también una autorización para que oficiara como periodista. Esto lo ratifican tanto el CICR como los compañeros de Botero en la misión.

Lo de Hollman Morris es nada más ni nada menos que una censura a un trabajo de reportería que de acuerdo con la ley, cuenta con todas las garantías respecto a la reserva de las fuentes y a la posibilidad de llegar en busca de información a cualquier sitio del territorio nacional, que entre otras cosas, no es vedado ni prohibido para nadie. Eso lo debería ratificar el supuesto éxito de la seguridad democrática.

En lo que tiene que ver con el tema ético, volvemos a la manida preguntica que aún se debe hacer en las facultades de comunicación: “¿en una situación de riesgo, usted toma la foto o salva una vida?”. Botero hizo las dos cosas. De no haber sido por su inoportuna pero valiosa comunicación con Telesur, quizás la entrega de los secuestrados se habría suspendido.

Causa malestar que desde la Casa de Nariño se esté intimidando a algunos periodistas y premiando con exclusivas a otros que hablan o escriben bonito sobre Uribe. Las verdades duelen pero mucho menos cuando hay honestidad y transparencia en los procederes. Ministro Santos, la Operación Jaque ya pasó.