A seguir escribiendo...

En algunas columnas he tenido éxito, otras fueron polémicas y tuve la razón en muchas. En otras me equivoqué, pero aquí están para que todos las revisen, las comenten y las critiquen.

martes, febrero 20, 2007

Colombia: país de amnésicos






“El invento del ex alcalde Peñalosa le ha valido $63 mil millones al comercio y
a cada gasolinera 20 millones por año. Ni las gangas mueven la ciudad” .

(Periódico Hoy. 2 de febrero de 2007).

Este parece ser el balance del Día sin Carro desde el punto de vista económico. Porque si vamos a hablar del medio ambiente, tenemos la siguiente perlita:


“17,9% más del temido PM10. La jornada demostró que sacar los carros de las vías
no reduce la contaminación más peligrosa”.


(El Tiempo. 2 de febrero de 2007).

Hay quienes creen que la campaña que he propuesto desde este blog tiene como fin un mero interés personal y que desconozco el bien común y me mueve más el particular. Pues déjenme decirles que muy por el contrario, soy respetuoso de las opiniones divergentes y desde luego, lo que me anima es que entre todos construyamos una ciudad mejor.

Para ello debemos hacer consensos y en pro de la consecución de ese propósito, enfriar nuestras cabezas, dilucidar con claridad, conversar con altura y contradecir con argumentos, cosa que al parecer han olvidado algunos de nuestros magnánimos gobernantes durante los últimos días.

No se trata de ser radicales ni de cerrarse a la discusión. Pero tampoco se pueden dejar pasar por alto algunos pronunciamientos un tanto traídos de los cabellos. Ni más faltaba que ahora se diga que como niños ricos defendemos el carro y el pueblo que aguante las porquerías de un servicio de transporte público cada día más malo, ineficiente y corrupto en el fondo de sus entrañas. Eso, señores, es precisamente lo que no queremos. El día que nos pongan un servicio digno de seres humanos y no de animales de matadero, pues dejamos el carro en la casa, nos evitamos seguir enriqueciendo a quienes realmente lo son, pagando sobretasas a la gasolina y demás impuestos absurdos, evitamos el desgaste de nuestros vehículos, nos movilizamos con la dicha de tener un conductor, nos olvidamos de manejar en una ciudad llena de huecos, en fin, contribuimos, como ya lo venimos haciendo, al mejoramiento de la movilidad en Bogotá.

Pero por ahora, colaboren los transportadores y los dirigentes, sacando de circulación unos y haciendo cumplir la ley los otros, a todos esos vehículos que transitan sin permiso, a todos esos taxis piratas, como se descubrió hace poco en Cali (en la capital también sucede), a todos los colectivos que viajan a Bosa, Soacha, Suba, o Fontibón con deterioros que saltan a la vista. Nosotros somos conscientes de que un vehículo en mal estado es un riesgo para la seguridad de sus ocupantes y de los demás ciudadanos y para el medio ambiente, pero no admitimos, de ninguna manera, que se hagan revisiones a nuestros carros de una forma pensada sólo para que circulen vehículos de menos de diez años. Un automóvil viejo bien tenido, sea el modelo y la marca que sea, tiene derecho a utilizar la malla vial y a circular como un último modelo.

Ahora, si se trata del calentamiento global, de la contaminación y demás daños que se están viendo en nuestro planeta, luego de los inventos del hombre, mayor depredador del universo, aquí va la otra joyita:

“Aunque durante la novena versión del ‘Día sin Carro’ las emisiones de monóxido de carbono se redujeron de manera drástica, la mala calidad del diesel utilizado por el transporte público colectivo elevó considerablemente los niveles de contaminación del aire”. (El Tiempo. 2 de febrero de 2007). (La cursiva es mía).

No se olviden, defensores del aire y del planeta, que no sólo los vehículos, (sin sincronizar, claro está) contaminan. Las industrias, los aerosoles, el mal uso de algunos electrodomésticos, la mala costumbre de no reciclar y el uso de combustibles de mala calidad, son, entre otros factores, los mayores causantes del calentamiento global. “A partir de la segunda mitad del s. XIX, con el inicio de la industrialización de los países, que a la postre llegaron a ser los más ricos, comenzó a desarrollarse el germen de la más grande falla de mercado que jamás se haya experimentado. Se trata del cambio climático, provocado por la concentración de los denominados gases de efecto invernadero en la atmósfera, en especial dióxido de carbono...” . ( Carlos G. Cano, Codirector del Banco de la República. Lecturas de Fin de Semana. Diario El Tiempo. 3 de febrero de 2007)

Y continúa el artículo: “El principal motivo de la generación de estos gases ha sido la proliferación incesante del uso de combustibles fósiles –petróleo, carbón y gas natural- destinados a satisfacer los requerimientos energéticos del aparato productivo. Y, en segundo lugar, tala y quema de bosques naturales”

De manera pues que a otro perro con ese hueso de que hay que sacar los carros particulares o desestimular su uso. La cuestión parece ser de otro calibre. ¿Será que hay intereses económicos de por medio? Blanco es...

Por otro lado, quienes argumentan que mi lucha es política, permítanme decirles lo siguiente: sólo quiero una ciudad mejor y si con la política lo logro, bienvenida sea. ¿Quién me avala entonces para el Concejo?

Si la cosa es política, entonces permítanme también decir otra cosita: ¿quieren bolardos, bicicletas, peajes urbanos, Transmilenios que ya no aguantan la demanda y que no caben por algunos sectores de la ciudad, ciclorrutas peligrosas y mal construidas, impuestos a diestra y siniestra, persecución al comercio, autoritarismo puro? Bueno, pues hay un candidato a la Alcaldía de Bogotá que por culpa de un pueblo amnésico va liderando las encuestas. Quien no conoce la historia está condenado a repetirla. ojo al votar.

miércoles, febrero 07, 2007

Hay que quejarse

La semana pasada realizamos una protesta simbólica por las calles de Bogotá con el ánimo de hacer saber al señor alcalde Garzón, a Enrique Peñalosa y a la ciudadanía en general nuestro desconcierto y nuestro desacuerdo, por supuesto, por las medidas abusivas y arbitrarias que nos quieren imponer a los propietarios de vehículos particulares.

He estado indagando y la mayor parte los propietarios de carros particulares considera un atropello lo de la revisión técnico mecánica, y ni hablar de los exabruptos que se encuentran en el Código de Tránsito, de los peajes en el interior de la ciudad, del aumento de la gasolina, que este mes bajó 3 pesos, pero que en el próximo subirá 27 o 30, y del “cambio de imagen” de la secretaría, que realmente cambió de nombre pero en el fondo ni fu ni fa, entre otros.

Como la idea primordial no era salir en primera página de El Tiempo, cosa que agradecemos, sino aglutinar, en un futuro, a un buen número de personas inconformes con todos estos abusos, para hacernos sentir (pacíficamente, claro está), pues vuelvo a hacer la invitación para que organicemos y creemos una Asociación Nacional de Propietarios de Vehículos Particulares. Escucho propuestas.

Por otro lado, me han llegado algunos correos en los cuales me informan de otro atropello. Según me cuentan, la empresa de telefonía celular Comcel no está siendo lo suficientemente justa con sus clientes y por ello los usuarios prepago se quejan con las siguientes palabras (ojo, transcribo tal cual me llegó el correo, con todo y errores ortográficos y de redacción):

“El minuto entre usuarios COMCEL es más costoso que en otros operadores por el mismo concepto. Nos han quitado el servicio de conocer "el saldo en minutos" situación que nos coloca en desventaja al no saber cuanto tiempo nos queda. No nos sirve saber el monto en dinero de nuestras cargas. Queremos seguir escuchando la voz femenina que nos indique cuantos minutos tenemos disponibles para realizar una llamada, rechazamos el aviso escrito al final de cada conversación.

Los usuarios de Pre-Pago también tenemos derecho a la reposición de equipos en caso de robo, perdida y daños certificados.

No más reportes a las centrales de riesgo por cuentas mínimas y sin recibir explicaciones de parte de los afectados. No es justo que si marcamos un número de otros operadores: Nacional, Mivistar y Tigo, inmediatamente nos resten un minuto de nuestro tiempo sin que al otro lado respondan.

Hasta cuando seguiremos los usuarios de COMCEL realizando llamadas que son tomadas y cobradas por minutos y no por segundos como sucede en otros paises?, ya es hora de un cambio señores.

Los usuarios de COMCEL carecemos de oportunidades y promociones efectivas, ¿que pasó con la convocatoria y las facilidades para cambiar equipos de baja por equipos de alta gama???

Estas 7 razones son suficientes para hacer una protesta; somos usuarios, consumidores del servicio celular autorizado por las Leyes colombianas pero ya estamos cansado de las injusticias sociales y el maltrato que por parte de este operador recibimos.

Ó cambian las reglas o la resistencia civil se verá cuando cambiemos de operador...

Por favor, envíe este mensaje mínimo a 50 personas usuarios de telefonía celular en Colombia (no importa si no tienen COMCEL), hágalo por patriotismo, no permita más el abuso de estas multinacionales exclavisantes. Proteste, no se arrodille más, ayude a muchos compatriotas que como usted o como yo hemos sufrido atropellos en el servicio y hasta en el pago de estos derechos...”

Como ven el descontento es grande. La verdad a mí Comcel me parece una empresa seria y con una excelente cobertura, pero no podemos desconocer su falta de atención al público y si lo que dicen quienes enviaron este correo es cierto, pues la falta de respeto para con los usuarios prepago también es enorme.

Cuidado Comcel que entre mejor se tenga a los clientes, mejores serán los resultados. Ustedes saben más de eso que yo.

jueves, febrero 01, 2007

¿Carro o zorra?


Ojalá que esta columna cale en la mente de muchos y de una vez por todas, quienes nos sentimos atropellados por el autoritarismo de ciertos alcaldes, nos organicemos y hagamos valer nuestros derechos.

En forma increíble, desde hace un tiempo los propietarios de vehículos particulares, especialmente de Bogotá, venimos siendo perseguidos ferozmente y sin ninguna contemplación. Quizás aún no se hayan implantado algunas medidas, pero ya se piensan y la verdad son preocupantes. Enrique Peñalosa debe estar feliz pues su sueño de hacernos montar en bicicleta a todos, tal y como vamos, va a hacerse realidad muy pronto.

Y Garzón, qué lástima, pues también porque definitivamente parece que no pudo solucionar el problema de movilidad y terminó haciéndole caso, frente a ese asunto, al ex-alcalde.

Está comprobado que los vehículos que más contaminan son los de tráfico pesado, es decir buses y camiones y por supuesto Transmilenio. Nosotros quienes tenemos un carro para movilizarnos a nuestro trabajo, sólo lo movemos para eso y la mayor parte del tiempo permanece parqueado y si no fuera así, quien posee carro particular, también es un ciudadano a quien se le deben respetar sus derechos.

Nosotros pagamos impuestos, cumplimos con los certificados de gases, pagamos la sobretasa a la gasolina y cumplimos con las normas que se inventan día tras día nuestros dirigentes. Por lo tanto tenemos derecho a utilizar la malla vial y a transitar, por supuesto, con responsabilidad y prudencia por las calles de Bogotá, cosas que por cierto, les hacen falta a muchos de los conductores de servicio público.

Como están las cosas, no tendremos ninguna otra opción que transportarnos en zorra para ir a trabajar, o a mercar, o a sacar a nuestras familias a pasear. De pronto es eso lo que buscan estos genios que quieren manejar la ciudad como si estuviéramos en el siglo XIX.

Por estas arbitrariedades, cuatro personas hemos pensado una protesta simbólica que consiste en transitar en el día del no carro, precisamente en uno de esos vehículos de tracción animal con una aviso que dice: “El transporte que Peñalosa y Garzón quieren”. Parece que el negocito del transporte público es tan rentable que definitivamente quieren hacernos montar a todos en esas latas de sardinas (incluido Transmilenio) para no soltarlo y por el contrario, acrecentarlo.

Varios expertos ya lo han dicho. Bogotá está en mora de poseer un metro. El Concejal Bruno Díaz parece haber estudiado el asunto y lo avala con cifras en mano. Ese cuentico de Camilo Durán, el nuevo “periodista” de Mesa de Noche en el Canal Caracol, de que el 72% de los vehículos que transitan por la ciudad, es de servicio particular no cuadra mucho. Lo que sí cuadra es que hay taxis piratas, buses piratas, incumplimiento de la ley en cuanto a la chatarrización de buses y busetas y sobre todo, una mina de oro con esos buses rojos.

Las medidas que se nos vienen no son cualquier lagaña de mico. Por ejemplo, lo de la revisión técnico-mecánica es otro negocio bien montadito y en un tiempo una fuente de corrupción peor que la de Álamos hace algunos años con la tal calcomanía.

Nadie dice que es responsable ni serio transitar con vehículos en mal estado, pero de ahí a que no se les permita hacerlo porque tienen rayones o una lata golpeada que no reviste peligrosidad para nadie, o soldaduras inofensivas, es francamente un abuso. Independientemente de si es un último modelo o un carro viejo bien mantenido, lo que se debería pensar es en que cumplan las normas mínimas pero sin exageraciones absurdas que sólo pretenden llevarnos a todos a comprar carros nuevos cada dos años. Peñalosa, Garzón, ¡NO ESTAMOS EN SUIZA!

Desconozco si en la actualidad existe, pero si no, sea esta la ocasión para crear una Asociación Colombiana de Propietarios de Vehículos Particulares a ver si unidos nos respetan así como lo han hecho con Apetrans o con las compañías de taxis que sin sonrojarse han hasta trancado las vías. Nosotros somos más pacíficos, pero no por eso idiotas.