A seguir escribiendo...

En algunas columnas he tenido éxito, otras fueron polémicas y tuve la razón en muchas. En otras me equivoqué, pero aquí están para que todos las revisen, las comenten y las critiquen.

jueves, febrero 01, 2007

¿Carro o zorra?


Ojalá que esta columna cale en la mente de muchos y de una vez por todas, quienes nos sentimos atropellados por el autoritarismo de ciertos alcaldes, nos organicemos y hagamos valer nuestros derechos.

En forma increíble, desde hace un tiempo los propietarios de vehículos particulares, especialmente de Bogotá, venimos siendo perseguidos ferozmente y sin ninguna contemplación. Quizás aún no se hayan implantado algunas medidas, pero ya se piensan y la verdad son preocupantes. Enrique Peñalosa debe estar feliz pues su sueño de hacernos montar en bicicleta a todos, tal y como vamos, va a hacerse realidad muy pronto.

Y Garzón, qué lástima, pues también porque definitivamente parece que no pudo solucionar el problema de movilidad y terminó haciéndole caso, frente a ese asunto, al ex-alcalde.

Está comprobado que los vehículos que más contaminan son los de tráfico pesado, es decir buses y camiones y por supuesto Transmilenio. Nosotros quienes tenemos un carro para movilizarnos a nuestro trabajo, sólo lo movemos para eso y la mayor parte del tiempo permanece parqueado y si no fuera así, quien posee carro particular, también es un ciudadano a quien se le deben respetar sus derechos.

Nosotros pagamos impuestos, cumplimos con los certificados de gases, pagamos la sobretasa a la gasolina y cumplimos con las normas que se inventan día tras día nuestros dirigentes. Por lo tanto tenemos derecho a utilizar la malla vial y a transitar, por supuesto, con responsabilidad y prudencia por las calles de Bogotá, cosas que por cierto, les hacen falta a muchos de los conductores de servicio público.

Como están las cosas, no tendremos ninguna otra opción que transportarnos en zorra para ir a trabajar, o a mercar, o a sacar a nuestras familias a pasear. De pronto es eso lo que buscan estos genios que quieren manejar la ciudad como si estuviéramos en el siglo XIX.

Por estas arbitrariedades, cuatro personas hemos pensado una protesta simbólica que consiste en transitar en el día del no carro, precisamente en uno de esos vehículos de tracción animal con una aviso que dice: “El transporte que Peñalosa y Garzón quieren”. Parece que el negocito del transporte público es tan rentable que definitivamente quieren hacernos montar a todos en esas latas de sardinas (incluido Transmilenio) para no soltarlo y por el contrario, acrecentarlo.

Varios expertos ya lo han dicho. Bogotá está en mora de poseer un metro. El Concejal Bruno Díaz parece haber estudiado el asunto y lo avala con cifras en mano. Ese cuentico de Camilo Durán, el nuevo “periodista” de Mesa de Noche en el Canal Caracol, de que el 72% de los vehículos que transitan por la ciudad, es de servicio particular no cuadra mucho. Lo que sí cuadra es que hay taxis piratas, buses piratas, incumplimiento de la ley en cuanto a la chatarrización de buses y busetas y sobre todo, una mina de oro con esos buses rojos.

Las medidas que se nos vienen no son cualquier lagaña de mico. Por ejemplo, lo de la revisión técnico-mecánica es otro negocio bien montadito y en un tiempo una fuente de corrupción peor que la de Álamos hace algunos años con la tal calcomanía.

Nadie dice que es responsable ni serio transitar con vehículos en mal estado, pero de ahí a que no se les permita hacerlo porque tienen rayones o una lata golpeada que no reviste peligrosidad para nadie, o soldaduras inofensivas, es francamente un abuso. Independientemente de si es un último modelo o un carro viejo bien mantenido, lo que se debería pensar es en que cumplan las normas mínimas pero sin exageraciones absurdas que sólo pretenden llevarnos a todos a comprar carros nuevos cada dos años. Peñalosa, Garzón, ¡NO ESTAMOS EN SUIZA!

Desconozco si en la actualidad existe, pero si no, sea esta la ocasión para crear una Asociación Colombiana de Propietarios de Vehículos Particulares a ver si unidos nos respetan así como lo han hecho con Apetrans o con las compañías de taxis que sin sonrojarse han hasta trancado las vías. Nosotros somos más pacíficos, pero no por eso idiotas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen artículo. Se trata de tener vehículos en buen estado pero también viás de la misma forma y quienes las deterioran son los de servicio público.