A seguir escribiendo...

En algunas columnas he tenido éxito, otras fueron polémicas y tuve la razón en muchas. En otras me equivoqué, pero aquí están para que todos las revisen, las comenten y las critiquen.

lunes, noviembre 17, 2008

La movilidad, el medio ambiente y la libertad

Foto: radio-diablo
Muchas situaciones difíciles afrontamos hoy en día los capitalinos: la movilidad, las condiciones del medio ambiente y para rematar, el uso de la libertad.

Mientras muchos luchamos y seguiremos luchando por el libre albedrío, la libre movilización, el respeto y la tolerancia hacia formas distintas de expresión y de pensamiento, otros pretenden achacar estos problemas al alcalde Samuel Moreno y además sumarle los inconvenientes frente a la inseguridad, al desempleo y hasta a la calidad de la educación.

Cifras en mano que dan cuenta del número de vehículos que circulan por las vías bogotanas, de los niveles de contaminación, de la misma inseguridad y del mismo desempleo, por citar sólo algunas, hay quienes atribuyen, por estas cifras, nada gratificantes, el resultado de once meses de gobierno del actual mandatario capitalino, que según dicen es desastrozo.

La verdad, creo que no es posible atribuirle a Samuel todos estos problemas. No creo que sea su culpa que circule 1`000.000 de vehículos particulares, 25.000 buses, busetas y colectivos, más de 50.000 taxis, o que, por ejemplo, la ciudad “se encuentre amenazada por los grandes complejos industriales, que comprometen la calidad del aire y del agua, la disponibilidad de zonas verdes y la atención a poblaciones expuestas a altos niveles de contaminación”. (Alejandro Arciniegas. http://capitulo27.blogspot.com/).

Lo que creo, efectivamente, es que las soluciones no pueden partir de la intolerancia de quienes gustan montar en bicicleta, movilizarse a pie o disfrutar de un maravilloso viaje por Bogotá en taxi, en bus o Transmilenio. De ninguna manera se puede pretender que los dueños de vehículos particulares sean todos millonarios ni que actúen de la misma forma irresponsable mientras conducen sus carros.

Decir que los carros particulares son los culpables de la hecatombe en el tráfico tiene su más y su menos. Simplista y lógico si nos dejamos llevar de las cifras, pero poco real si observamos el estado de las vías y la capacidad que tiene Bogotá para ofrecer a sus habitantes, a todos, los de bicicleta y los de BMW, condiciones dignas de movilidad.

Decir que son sólo los particulares los que contaminan no es racional ni objetivo pues hasta en los días sin carro se ha demostrado que incluso la contaminación sube debido al mal mantenimiento de los vehículos de servicio público y, obvio, al diesel que usa Transmilenio. Ese millón de carros particulares bien sincronizados contaminan menos que los cien mil públicos, e incluso la mitad, echando humo por toda la ciudad.

Lo que necesitamos es respeto y tolerancia de todos hacia todos. O sea soluciones concertadas en donde no quepa la duda de que se piensa en el bienestar de las mayorías sin ir en detrimento de las minorías. A Samuel, ya lo he dicho, no lo quieren dejar gobernar. Si lo hacen, posiblemente ganemos todos. Por eso resalto, en la columna de la derecha, la actitud del Representante David Luna.

No es posible que la libertad no se respete en una ciudad como Bogotá. El que quiera movilizarse y deba hacerlo, que lo haga como quiera, en bicicleta, a pie, o en los articulados, eso sí, con las condiciones dignas que debe ofrecer una ciudad seria. Esa libertad tiene sus límites, claro está, pero pretender que quienes tienen vehículos sean sometidos a más trabas para utilizarlos, es además de un atropello, una franca persecución, no sobra decirlo, que ya empezó hace rato por parte de la Policía de Tránsito, la Secretaría de la Movilidad, el DAMA, los taxistas y de los dueños de buses, busetas y colectivos.

José Salgar, el veterano e ilustre periodista ya ha propuesto en sus columnas de El Espectador, si mal no lo interpreto, algo así como una Ciudad Región, donde haya espacio para todos y donde se respeten las normas mínimas de convivencia, se preserve el medio ambiente y se viva mejor.

La situación no es fácil. Pero todas las soluciones, repito, deben partir de la base del respeto y en la no violación de la libertad de los demás.

Fíjense, por ejemplo, cómo no se ha respetado a los fumadores. Como se sabe, a partir del 4 de diciembre no será posible fumar dentro de espacios públicos cerrados, lo cual me parece excelente como ya lo dije en una columna pasada. Sin embargo, esa medida protege a quienes no tiene el vicio, pero no piensa en los que sí. Si hubieran permitido lugares cerrados con espacios abiertos para ellos, se hubiera respetado la libertad y el libre albedrío de las personas.

Indiscutiblemente el tema da para muchas páginas y no es fácil. Como nunca ha sido fácil que los seres humanos se entiendan, pero todos estos aspectos deben tenerse en cuenta antes de atacar a diestra y siniestra y de despotricar de un alcalde cuyas cifras, en once meses, no son tan precarias como las quieren hacer ver.

domingo, octubre 05, 2008

Veredicto

Foto: de a.Berbe

Hace casi dos meses el Canal Capital sacó al aire el programa Veredicto, conducido por el periodista Néstor Morales y dirigido por Daniel Coronel, bajo un formato con el cual se muestra cómo debiera funcionar la justicia oral en nuestro país: de una forma rápida y dinámica. Fiscal, defensor y testigos intervienen durante una hora para “condenar” o “absolver” a los acusados que en las primeras emisiones fueron El cartel de los sapos y la píldora del día después.

Los jueces son los televidentes quienes a través de llamadas o votando por Internet apoyan a la defensoría o a la fiscalía. Han resultado entretenidos estos programas y aunque a veces se enreda un poco por falta de ilustración al televidente en temas como la reforma a la justicia o el modelo económico de Uribe, cuenta con invitados de gran nombre pese al desempeño del fanático fiscal que proponía acabar con la píldora anticonceptiva, que más parecía un niño pataletudo en una exposición de colegio, menos mal el programa logró salvarse gracias a la sindéresis de la defensora.

La verdad, hace unos años, Judith Sarmiento había realizado un programa similar, pero el de hoy es una buena alternativa para quienes estamos hastiados de realities y de enlatados y queremos ver los domingos algo interesante en la televisión nacional. A propósito, qué bueno que haya empezado la Tvpolémica. Como ya lo habíamos anunciado en El Informante, llegó con nuevas ideas, con mayor participación del televidente y con una linda presentadora que le da alegría y complementa la experiencia de Adolfo Pérez, Wbeimar Muñoz, Édgar Perea y Óscar Rentaría.

Volviendo con Veredicto, Morales asume muy bien su papel de moderador aunque en algunas ocasiones sus preguntas a los testigos muestran el sesgo que empieza a tomar frente a los argumentos de las partes. De todas formas eso no ha empañado su gran desempeño y su seriedad para conducir el programa.

Lo que sí sorprende, si es que ya uno debe sorprenderse de algo en Colombia, es la votación final del público. No sé si será mojigatería o puritanismo, o si es falta de comprensión o un gran nivel de ignorancia, no sé, lo que muestra el público televidente. Pero como “la voz del pueblo es la voz de Dios”, pues toca aceptar los veredictos así no sean los correctos. Quizás sea eso lo que sucede con la justicia de verdad, se premian los argumentos fanáticos y ramplones y se condenan los serios y responsables.

A la gente le dio, en el primer programa, por apoyar al general Sergio Naranjo, director de la Policía quien adujo que El cartel de los sapos era una apología al delito y que mostraba una imagen falsa de la Policía Nacional. No entendieron, ni el público ni el general, que es una serie de televisión que muestra hechos reales a partir de ficciones creadas por el director y los libretistas y quisieron tapar el sol con un dedo. Increíblemente lo que nos mostró el fallo y la argumentación de Naranjo fue una censura a la historia y a la actualidad nacional. Si en sus manos estuviera, prohibirían exhibir películas de Al Capone, de Hitler, de Pablo Escobar y hasta la aparición, en cualquier medio, de personajes como Pilatos, Napoleón, Ben Laden o Muammar Al-Gaddafi.

Pero no se queda atrás la decisión del siguiente programa. Por amplia mayoría a la gente se le ocurrió votar que la píldora del día después era un abortivo y no un anticonceptivo y que por tanto debería retirarse del mercado. Tamaño exabrupto. Ni siquiera a una funcionaria del Invima le creyeron y terminó ganando el fanatismo religioso y la argumentación pobre y poco profunda.

Habrá que indagar qué tipo de público está viendo ese programa, pero lo que muestran las votaciones es que se trata de uno bastante mojigato y poco inteligente. Como yo lo he visto dos veces, quizás muchos me califiquen de esa forma, lo cual poco me interesa si realmente la democracia empieza a servir no sólo para elegir malos gobernantes sino para opinar con seriedad y con sentido de la razón.

Felicitaciones Néstor y Daniel, Hora 20 en Caracol radio, Noticias Uno en el Canal UNO y Veredicto en Canal Capital, son muestra de su gran profesionalismo y además, de que hay maneras distintas y serias de hacer periodismo.

lunes, agosto 18, 2008

La seguridad en Bogotá

Foto: de cgsb2007
Paradójico que en un país como Colombia donde, según José Obdulio Gaviria, el arrogante asesor presidencial, ya no hay guerrilla, ni desplazados, ni inseguridad, ni narcotráfico, mejor dicho donde se puede vivir sin pobres, sin hambre y sin roscas como las que criticó el Presidente hace poco, es decir que un país que bien podría ser la verdadera sucursal de cielo, tenga una capital insegura.

Muy raro porque como todos los males ya están erradicados, no es posible que Bogotá esté siendo víctima de oleadas de violencia, de sicariato, de homicidios y de hurtos. A no ser que el único mal que todavía queda sea Samuel Moreno Rojas, nuestro alcalde, quien definitivamente parece ser persona no grata en el círculo paisa que gobierna en el Palacio de Nariño y a quien parece también, hay que desprestigiar a toda costa con campañas mediáticas o con declaraciones inescrupulosas como las del ministro Juan Manuel Santos a quien se le ocurrió que pedirle resultados al general Palomino era regañarlo.

Es una majadería decir que Bogotá está siendo víctima de la violencia máxime cuando la ciudad siempre ha sido insegura, cuando desde hace muchos años es caldo de cultivo para bombas, para crímenes, para robos de vehículos y de apartamentos, para atracos y para grupos de guerrilla urbana.

Ese cuento es muy viejo sólo que a Samuel no hay que dejarlo gobernar. Si se hace puede volverse un verdadero peligro para las futuras aspiraciones presidenciales de los ministros Santos, Arias y hasta del mismo José Obdulio (si es que Uribe algún día los deja, claro está). Por eso no se puede, en Bogotá, aplicar la política de Seguridad Democrática porque la seguridad en Bogotá es problema del alcalde cuando de resultados se trata, pero de Santos cuando la cosa es de protagonismo, si no recuerden la abusiva participación del Mindefesa en un consejo de seguridad y la sobradez con la que dice que el alcalde no puede oponerse a los “buenos oficios” del gobierno para garantizar la tranquilidad de los capitalinos.

La guerra que le están haciendo a Moreno no es un falso positivo, es en efecto, un plan sólo comparable con el operativo que dio como resultado la baja de Raúl Reyes o con la Operación Jaque. En él juegan un papel de primer orden los medios, los mismos concejales que quisieron desestabilizarlo cuando no aprobaron la armonización presupuestal y por supuesto, el gobierno nacional.

Lo raro además, es que Samuel logró construir un Plan de Desarrollo en el que de cada diez pesos, siete van a ser destinados a garantizar los derechos fundamentales de la gente y comprometer al gobierno nacional en la construcción del metro, según lo dice en entrevista para el diario El Espectador el pasado 17 de agosto. Va a poner en funcionamiento las bahías para parquear, cosa que se pedía a gritos desde hace años, empezará la fase III de Transmilenio, ha dejado de perseguir a sangre y fuego a los vendedores ambulantes, a quienes obviamente hay que reorganizar, conformó un buen gabinete y pinta a futuro, si lo dejan, como un transformador de la ciudad.

Y es raro porque como el alcalde es el mal hecho hombre, pues todos estos no son logros sino errores de las estadísticas. Tal vez el reciente Informe de Desarrollo Humano de la ONU, sea un estudio mal realizado y lo que dice frente a la seguridad sea falso. Muestra el informe que “a pesar de la percepción de inseguridad de los bogotanos, las cifras demuestran que la seguridad ciudadana ha aumentado”. Obviamente eso es producto de administraciones anteriores y de los ocho meses de la actual pero claro, Samuel no ha hecho nada y por consiguiente hay que seguir desprestigiándolo y hacerle la vida imposible para validar y demostrar que si no es Uribe y su séquito nada es posible.

Este paraíso que es Colombia según Obdulio, tiene un infiernito y se llama Bogotá. Cómo no si el alcalde no es ni de la U, ni de Cambio Radical, ni de ninguno de los partidos de gobierno. Si perteneciera a alguno de ellos, con certeza, la Seguridad Democrática ya habría pasado por la ciudad.

A Moreno hay que darle tiempo. Uribe lleva seis años y tiene aún muchas deudas pendientes.

jueves, julio 24, 2008

Violencia para impartir justicia

Foto: sabacho393
Usar emblemas de la Cruz Roja Internacional para realizar acciones militares, así no se use en ellas ni un solo disparo y no haya ni un solo muerto, pagar, según se dice, a congresistas para que voten de determinada manera y desalojar a una familia de la tercera edad a punta de tanquetas y de policía antimotines, no se aleja mucho de la escalofriante filosofía de la guerrilla y de la izquierda recalcitrante que justifica la combinación de todas las formas de lucha.

La supuesta angustia del oficial que usó la cruz roja de la institución humanitaria del mismo nombre y del otro que también usó el logo de Telesur en la famosa Operación Jaque, se equipara únicamente con el dolor y el sufrimiento de la pareja de ancianos que en la mañana de ayer fue sacada de su casa a la brava, con golpes, aún en pijama y en medio de los gritos desesperados de sus familiares y vecinos.

La diferencia es que mientras a los oficiales del Ejército se les perdona y se le premia, a los otros se les trata como delincuentes y como criminales luego de haber pagado 80 millones de pesos por una casa que costaba 14.

El asunto aquí no es entrar a defender a la familia desalojada porque si tenían una deuda con un banco, es decir con una hiena, pues tocaba cumplir con las obligaciones y no dejar de pagar como el mismo dueño o ex - dueño del inmueble lo aseguró, pues según él, luego de 10 años “no volví a pagar”. Con los bancos hay que saldar las deudas a como dé lugar y cancelar hasta el último céntimo, porque de centavo en centavo y cobrando hasta por pedir un saldo es como se enriquecen y para ello, no tienen contemplación ni escrúpulos de ninguna índole.

De tal modo que el no haber pagado durante los últimos tiempos, así lo hubieran hecho en una década fue un gravísimo error y las leyes hay que cumplirlas. Lo que hay que ver es cómo se cumplen. No es admisible la actuación de la Policía, tampoco la de la familia, pero mucho menos la de un Estado que ofrece garantías a los verdaderos delincuentes y maltrata al ciudadano del común, al que con lágrimas y sudor trata de pagar una casa que termina saliéndole cinco veces más cara de lo que en un inicio la compró, al que vende en las calles y tiene que salir corriendo cada vez que ve un policía, al que no tiene dinero para pagar abogados, al desempleado, al obrero, al iletrado.

Ya sabemos que son cosas del sistema, del capitalismo voraz y feroz y que soñar con uno social es un exabrupto y hasta una estupidez. Empero, no estaría mal que tanto izquierdas como derechas dejen las palabras y se centren más en las acciones. También conocemos que el discurso de la justicia social es muy bonito pero irreal, aunque tampoco sobrarían acciones para proteger a los desvalidos y necesitados.

La justicia en este país debería ser eso, justicia. Pero hay hechos que no sólo la ponen coja y ciega sino que la asesinan. Las formas de conciliación, sobre todo con las entidades financieras, son sólo una ilusión. Con ellas, conciliar es pagar o atenerse a las consecuencias que, como ya hemos visto, son tan inhumanas como los cilindros, los roquetazos, los crímenes y los secuestros de guerrilleros y paramilitares.

Ahora es cuando uno quisiera realmente ver un corazón grande y valiente, como el que dice tener el presidente Uribe, quien arregla en los Consejos Comunitarios los problemas más insignificantes y hasta intrascendentes para el país, pero que ni se inmuta con situaciones como las de ayer.

jueves, julio 10, 2008

Felicitaciones Presidente, pero…

Foto: QuiDam EsPELeTia__

El 26 de octubre del año 2006 escribí una columna donde manifiesto que cuando el presidente Uribe sea merecedor de congratulaciones de mi parte, se las daré sin pensarlo dos veces. Creo que ha llegado la hora, y creo además, que el durísimo golpe que ha propinado a las Farc con el rescate de Ingrid y de otros catorce secuestrados, ha sido motivo de alegría para Colombia y sin duda, el mayor éxito de su gobierno.

Felicidades señor Presidente. Su terquedad dio frutos y no puedo más que reconocer que el operativo militar de la semana pasada es una lección para las Fuerzas Armadas de otros países, pues según especialistas, sólo es comparable con los perfectos operativos del Mossad israelí.

De todas formas, y no es por aguar la fiesta, no sobra recordar que el conflicto colombiano no ha terminado y que en palabras de la misma Ingrid Betancourt, la violencia en nuestro país no se acaba mientras haya injusticia social.

No es posible pensar en la paz cuando ministros como Palacio y Arias toman medidas descabelladas y absurdas. ¿Cómo puede haber paz cuando la gente tiene que hacer colas insoportables, inhumanas y degradantes no para que les regalen nada sino para pagar su derecho a salud y pensión?

¿Cómo puede haber paz cuando a los campesinos se les desconoce y ahora se les prohíbe vender la leche que ellos, sus padres, sus abuelos y sus tatarabuelos se han tomado desde tiempos inmemoriales?

Esos dos últimos casos por sólo citar algunos, porque la lista se haría interminable si nos ponemos a recordar todas las perlas de los Ministros del Despacho.

Ah, y tampoco se puede olvidar que aunque se traten de limar asperezas, las relaciones internacionales y con las altas cortes caminan por la cuerda floja. Y menos que en el monte quedan cientos de secuestrados que esperan recobrar la libertad sin que se ponga en riesgo sus vidas.

lunes, junio 23, 2008

La improvisación de la salud

Foto: priscilla.mora

No hay derecho. Una situación que llega a las instancias a las que llegó esta mañana, cuando más de un centenar de ancianos no tuvieron más remedio que bloquear la Avenida Caracas a la altura de la calle 25 en Bogotá, porque el Seguro Social no les atendía sus dolencias, no le deja a uno mucho qué pensar frente al porvenir de este país.

Cuando una persona de la tercera edad se ve obligada a protestar en la calle porque los derechos que ha adquirido no les son respetados; cuando personas que le entregaron su vida a este país, trabajando y cotizando para conseguir una pensión o un servicio de salud así sea miserable, no son tenidas en cuenta sino burladas, uno no puede más que pensar que definitivamente aquí no hay ningún futuro.

Y lo peor del caso es que la burla es mucho más cínica y grotesca de lo que uno pudiera imaginar. Solucionaron el problema con pañitos de agua tibia, a los ancianos los atendieron porque se hicieron atender a la brava, pero la real solución no se ha dado ni se dará en poco tiempo. Que el ministro de la Protección Social salga a decir que en una hora va arreglar el problema no es serio. Y no es serio porque queda en evidencia la improvisación con la que se liquidó el Seguro Social.

Uno no sabe a ciencia cierta qué va a pasar con los abuelos, quiénes los van a atender y en dónde. Hay confusión y los canales de comunicación para orientar a la gente han sido ineficaces. No es más sino preguntarle a alguno de ellos qué va a pasar con su salud para darse cuenta de la desorientación que tienen.

Y no es más sino observar las largas filas en los centros que les están prestando el servicio médico para descubrir que la tercera edad no es una etapa de la vida sino la muerte lenta como una señora lo dijo en medio de su angustia.

Parece ser que aquí en Colombia lo único importante es ver cómo se le hace la zancadilla a la Constitución para reelegir a Uribe "per saecula saeculorum" y cómo se venden las conciencias para hacer acuerdos políticos o alianzas que monten a algún “vivo” en el solio de Bolívar.

Como siempre, los problemas no se evidencian hasta cuando estalla el polvorín, lo cierto es que no es digno, ni justo que a la tercera edad se le dé un tratamiento de cuarta. Todos vamos para allá, ojalá nuestra vejez no sea como la de estos ancianos de hoy.

Habrá que oír al ministro Palacio el próximo miércoles en Radiosucesos RCN, quien aceptó la invitación de Gossaín para responder, a las siete de la mañana, las quejas de los usuarios del Seguro Social. Seguro saldrá con que el cáncer se cura con goticas de limón.

lunes, junio 02, 2008

Fumar es un placer…

Foto: Jorge Louzao Penalva

Estoy de acuerdo con la Resolución 1956 del Ministerio de Protección Social que prohíbe de manera expresa el consumo de cigarrillo en espacios cerrados públicos y estoy de acuerdo porque aunque fumo, soy respetuoso de quienes de manera libre y consciente no lo hacen porque consideran, como se ha demostrado científicamente, que es nocivo para la salud.

Soy respetuoso, también, con quienes no beben o con quienes no hacen deporte o con quienes, por ejemplo, no toman chocolate o no consumen leche. De igual manera con aquellos que se reúnen en iglesias cristianas o católicas o protestantes. Respeto a quienes viven solos y a quienes no piensan como nosotros. Me quito el sombrero ante los grupos indígenas que de manera responsable, consciente y seria hacen uso del yagé para ciertos rituales porque eso hace parte de su cultura.

Respeto a quienes comen culebras y perros y todo lo que se mueva, respeto a los negros, a los blancos, a los mestizos, a los amarillos, a los que creen y a los que no creen en Dios. En fin, entiendo que todos somos diferentes, pensamos distinto, vivimos de maneras heterogéneas y disfrutamos con cosas nada similares.

Y como soy respetuoso, pues lo mínimo que espero es que me respeten auque sé que pedir eso en Colombia, donde se mata por religión, por política o por pensar diferente, es como pedir peras al olmo. De todas formas no estaría mal que a los fumadores no nos aniquilen socialmente porque ya el humo se está encargando de eso.

Excelente que el Ministerio propenda por la salud de todos y que cuide a quienes no están llenando sus pulmones con compuestos tóxicos. Esa es una buena medida. No estoy defendiendo el cigarrillo, porque aunque fumar sea un placer, reconozco que es un hábito nocivo y perjudicial, lo que sí me gustaría es que cada uno hiciera un acto de contrición y descubriera que hay muchos malos hábitos que también son peligrosos pero que no por ello es imprescindible que se menosprecie, se irrespete y se intimide a quienes los tienen.

No pretendo que a los fumadores se nos trate de manera privilegiada pero no es posible que seamos tratados como delincuentes. Por eso, habilitar zonas especiales, en espacios abiertos, para todos los que fuman, es perentorio, sano y plausible.

Espero algún día poder dejar ese mal hábito, ojalá no sea demasiado tarde, pero mientras tanto, espero también que los no fumadores no me miren mal, no salgan corriendo cuando me vean fumar como si tuviera una enfermedad contagiosa o como si fuera el mismísimo Satanás. Espero que algún día la tolerancia, que es respeto y no aguante, reine en este país plagado de fosas comunes, de corrupción y de narcotráfico.

Así como mi libertad termina cuando empieza la de los otros, anhelo que esos otros sean libres sin que a mí me condenen y me repriman por un acto voluntario, consciente, intencional y en pleno derecho por mi condición de mayor de edad, aunque sea perjudicial para mi salud. Asumo las consecuencias de mis actos.

Por último, no estaría mal tampoco que el Ministerio de la Protección se preocupara por buscar alternativas para que los servicios de salud en este país fueran un poco más dignos y decentes. Hay que trabajar desde la educación y humanización de los médicos hasta la abolición de trámites innecesarios que, por engorrosos, terminan matando más gente de la que se muere diariamente por fumar.

lunes, mayo 26, 2008

La ciclovía no hay que modificarla... hay que acabarla

Foto: MarcosJulian
Cuando en Bogotá se den las condiciones para que el tráfico realmente fluya como debe ser, sin la absurda idea de chatarrizar vehículos particulares y la nefasta propuesta de conservar una ciclovía que empeora aún más las condiciones de movilidad, entonces sí se puede pensar en dejarla quieta tal y como está, según decía un editorial del diario El Tiempo de hace unos días.

Que no vengan con el cuento ahora de que ese robo de espacio público nos une a todos. Nada más falso, a esa guachafita de los domingos asisten quienes no han entendido que si se quiere hacer deporte pues para eso están los parques, a algunos de los cuales se accede, entre otras cosas, en forma gratuita.

Ni más faltaba que las calles de Bogotá sigan siendo escenarios de eventos deportivos o espacios para vender desde morcilla hasta salpicones. Lo que debe ser, que sea, pero en los sitios adecuados y acondicionados para fines específicos. No es posible que a la brava, quienes no desean hacer deporte sino salir en el vehículo a otros lugares de diversión, tengan que soportar un trancón auspiciado por el Distrito.

Sigue moviéndose, quién lo creyera, el suizo Peñalosa , azuzando a sus amigos de El tiempo y a los del Congreso, para que continúen patrocinando invasiones del espacio público. No le bastó con llenar los andenes de bolardos sino que ahora se le ve poniéndole palos a la rueda al proyecto de ley que lideraba el fallecido representante José Fernando Castro Caycedo a quien, dicho sea de paso, no sólo le cabía el país y la ciudad en la cabeza, sino que además, murió como lo conocimos, defendiendo sus ideas en forma decente.

Los 1.3 millones de bogotanos que hacen uso indebido de las calles en las ciclovías, generarían muchos más empleos de los 300 directos y de los 1.000 indirectos que nombra el diario, si quienes se lucran con los “deportistas” fueran reubicados en los parques de una forma seria, ordenada y decente.

Las cosas cada día están peores en estos tiempos de postmodernidad y lo simple se vuelve complicado y absurdo. No sé qué hay que pensarle a algo tan lógico como que las calles deben ser para los carros, los andenes para las personas y los parques para quienes deseen hacer deporte.

Ojalá los “parafarcoyidiscongresistas” actúen con lo poco de decoro que les queda y tomen una decisión acertada en este caso.

miércoles, febrero 06, 2008

¿Qué hacer después de la marcha?

A este interrogante que muchos tienen hoy, después de la histórica marcha del pasado lunes donde se oyó la voz unísona de miles de colombianos en contra de las FARC, hay que dedicarle un rato de reflexión y un tiempo de acción.

Ya se sabía de antemano que esta movilización a las FARC les importaba un pepino y deben estar muertos de la risa con los rehenes en las mismas condiciones y con muy pocas ganas de acceder al llamado del pueblo colombiano para que cesen los secuestros, la violencia y el perverso negocio del narcotráfico.

Ante esta situación, y únicamente con el objetivo de encontrar una solución dialogada al conflicto con ese grupo ilegal, se podría pensar en varias acciones:
- Estamos en mora, desde hace años, de legalizar el narcotráfico. Varias veces se ha dicho, esto debilitaría financieramente a la guerrilla y acabaría con el negocio que la sustenta. Lo del consumo se ha de pensar en forma seria y calculada a través de campañas que como las del alcohol advierten los efectos de su uso y llaman a consumirlo en forma responsable.

- Es necesario que se despeje Pradera y Florida. No hay por qué no hacerlo también en forma seria, con condiciones y con garantías para ambas partes. Aquí no se le va a entregar territorio a nadie. 45 días o a lo sumo dos meses, son suficientes para llegar a resultados o por lo menos para poner en marcha el Acuerdo Humanitario.

- Luis Carlos Restrepo se ve a leguas que es un buen hombre, pero no es el interlocutor que las FARC aceptan. Propongo a Mockus quien demostró que el garrote y la zanahoria funcionan.

- La guerrilla se termina cuando a los miembros del Secretariado se les dé oportunidad política. Que hagan campaña con todas las garantías para los cargos que ellos consideren deben ocupar a ver si alguien, después de lo del lunes, vota por ellos. Pero hay que dejarlos participar a ver qué se les ocurre aparte de secuestrar, lanzar cilindros, exportar droga y amenazar a la población civil.

- Al guerrillero raso, igual que a los paramilitares desmovilizados, se le deben ofrecer beneficios que verdaderamente hagan que abandone las armas para lograr una vida mejor.

- Colombia no es un país comunista, ni quiere revoluciones bolivarianas, ni está, en este momento gobernado por la izquierda, pero estos factores no deben ser obstáculos para que se luche seriamente por bajar los índices de pobreza, los bajísimos niveles de educación, el deplorable desempleo, así las cifras del DANE muestren lo contrario, las cada día peores condiciones laborales, las nefastas consecuencias de un TLC que no protege a los nacionales, las pocas oportunidades para los profesionales y ni se diga para quienes no lo son. Mejor dicho, para hacer inversión social que llaman. Creo que las guerrillas, FARC y ELN, y los grupúsculos que andan por ahí matando y secuestrando, perderían su razón de ser y sus llamados “ideales” si es que algo de eso les queda.

El pueblo ya se pronunció, no queremos más FARC, pero está demostrado que a plomo no se van a acabar, por eso hay que buscar soluciones concertadas. Ahí queda la inquietud.
Fotografía: Por AveLardo