A seguir escribiendo...

En algunas columnas he tenido éxito, otras fueron polémicas y tuve la razón en muchas. En otras me equivoqué, pero aquí están para que todos las revisen, las comenten y las critiquen.

miércoles, noviembre 15, 2006

El pico y placa personal


No hablaré hoy de política sino de un tema que preocupa cada día más a los bogotanos: la movilidad. Como muchos se han acercado y me han dicho que soy muy pesimista, pues a continuación haré unas locas propuestas para ver cómo sacamos entre todos a nuestra capital del atolladero horrible en el que nos han metido desde Peñalosa hasta Garzón.

Hace unas semanas se publicó un artículo en el periódico El Tiempo sobre la posibilidad real de ejecutar un novedoso plan que consiste en restringir la circulación no de carros ni de motocicletas sino de personas, una vez a la semana.

He estado pensando en la idea y la verdad ante tamañas redadas y encerronas a las cuales nos vemos sometidos quienes, con el sudor del trabajo, tenemos la dicha de poseer vehículo particular, me ha parecido una excelente propuesta digna de ser estudiada y analizada por quienes toman las decisiones.

Como siempre ocurre, es posible que a nuestros dirigentes no les convenga por equis o ye motivo y que por supuesto no la implementen, pero sería bueno que por lo menos pensaran en sus enormes ventajas y beneficios y que a la luz de la equidad y del bien común la tomaran en serio y sopesaran sus pros y sus contras.

Veamos: implementar la medida, para que funcione, significaría que por lo menos el 50% de las personas que se movilizan diariamente dentro de la ciudad no lo hicieran, lo cual, como bien lo dice el artículo del periódico, no significa que dejen de trabajar, pues de una manera u otra las empresas deberán asignar tareas a quienes permanezcan en sus hogares, incluso no es estrictamente necesario que el trabajo sea, como se propone, mediante el uso de computadores o teléfonos, todo depende, claro, de las funciones y las clases de trabajo que cada uno tenga.

Hasta ahí está muy bien, lo problemático viene cuando se piensa en cómo controlar la no circulación de ese 50% de la población. Lo primero que se me ocurre es que las empresas, internamente, determinen quiénes no van durante determinados días y de manera responsable, cada una de esas personas no transiten y se dediquen a ejecutar, en sus casas, la tarea asignada.

Otra forma, un poco menos voluntaria, podría ser algo así como un “toque de queda” de acuerdo con el número de cédula, para lo cual habría que hacer un estudio estadístico riguroso de cuántas personas y cómo quedarían cobijadas por la medida.

Quizás, no permitir que un ciudadano, cuya cédula termine en 1, se movilice el día lunes, por ejemplo, y otro cuya cédula termina en 2, el martes y así sucesivamente, logre descongestionar las vías, reduzca el uso del carro particular y de servicio público y despeje la ciudad.

Por supuesto que todas estas son ideas “locas” que hay que estudiar con aplomo y por supuesto, también, que los problemas que se generarían habría que analizarlos. Qué pasa con quienes viven del día a día, con los estudiantes, con los taxistas, con quienes ingresan a la ciudad.

Hay mucha tela de donde cortar, pero repito, la idea no es tan descabellada como las propuestas que acabo de hacer. Pensemos en algo que descongestione la ciudad diariamente sin que seamos siempre los propietarios de automóvil los que pongamos la mayor parte y de paso, sigamos acrecentando el negocito del Transmilenio que, valga decirlo, ya se quedó pequeño y en vez de solucionar un problema está generando muchos más.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesting

Anónimo dijo...

Muy buena propuesta

Anónimo dijo...

Tamaña desfachatez