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En algunas columnas he tenido éxito, otras fueron polémicas y tuve la razón en muchas. En otras me equivoqué, pero aquí están para que todos las revisen, las comenten y las critiquen.

martes, septiembre 19, 2006

De la Fiscalía y otros folklorismos

La verdad no sé por qué dio tanta grima el supuesto escándalo de la Fiscalía General de la Nación la semana pasada. Al psíquico lo hicieron ver como un criminal y lo único que falta es que le dicten medida de aseguramiento.

No es que crea en clarividentes, en brujos o en hechiceros, ni que los defienda. Ni más faltaba, pero si uno contrata a un médico lo menos que espera de él es que le ayude a tener una mejor salud. Qué se podía esperar entonces del trabajo de un mentalista.

Martí estaba haciendo su trabajo, para eso le dieron vía libre y por eso le estaban pagando. El verdadero problema del caso es la falta de seriedad de una institución que se supone debería ser una de las más rectas dentro de todas las del Estado.

Lo que da risa es que ahora vengan a decir que todas son serias. Se rasgan las vestiduras con el mencionado caso pero les parecen magníficos los espectáculos bochornosos del Congreso de la República , los fraudes millonarios en entidades públicas (ISS o Foncolpuertos, por tan sólo citar dos), un vicepresidente hablando de un mundial de fútbol en nuestro país, dos expresidentes pisoteando la imagen de Colombia en el exterior, Álvaro Uribe solucionando los problemas particulares de la gente en sus famosos consejos comunitarios, los partidos políticos repartiéndose las prebendas y los ministros del despacho imaginándose uranio debajo de las bicicletas de Hugo Chávez.

Definitivamente la razón y la sindéresis son convidados de piedra entre los que solemos llamar nuestros líderes.

Al cabo de un tiempo, el caso de Armando Martí pasará al olvido, el Fiscal Iguarán será uno de los mejores funcionarios del Estado, los congresistas, figuras ilustres del acontecer nacional, nuestro vicepresidente un héroe de enmarcar y por supuesto, Uribe nuestro presidente hasta el 2014.

No se trata, de ninguna manera, de no reprochar toda esta falta de seriedad. Claro que hay que hacerlo, pero de ahí a llamar tales despropósitos como escándalos nacionales, hay un amplio trecho.

Escándalos la no viabilidad fiscal, según un informe reciente del propio Ministerio de Hacienda, de un departamento como el Chocó, sumergido en el hambre y la pobreza, escándalo el bombo y los platillos que suenan por un secuestrado en Afganistán cuando en Colombia tenemos más de un millar en las selvas desde hace varios años, escándalo el cierre del Materno Infantil. Grotesco y escandaloso el manejo del erario público, que se centra en sueldos millonarios y descuida la cada vez mayor pauperización de la sociedad. Y ni qué decir de la reforma tributaria, pero bueno, tal vez sea ese el tema de una próxima columna.
Por ahora y para poner punto final a este folklor, sólo resta recomendar que se le dé importancia a temas verdaderamente espinosos y de interés nacional, es decir del interés de todos. Lo del Psíquico no es más que el resultado de un país que vive de fiesta en fiesta y de reinado en reinado, eso, sin contar con el fútbol, al cual, obviamente, debe dársele su espacio con justa proporción.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Así es la vida

Anónimo dijo...

que viva la fiesta