Foto tomada de: http://blogtodosporelagua.files.wordpress.com/2012/10/sequia.jpg
Por: Mauricio Galindo Santofimio
Subdirector @esferapublicarm
Una
vez más los titulares de prensa muestran las devastadoras consecuencias de los
cambios climáticos a los cuales el país se viene viendo sometido desde hace
algunos años, por cuenta del Fenómeno del Niño.
No
es más sino recordar lo de los chigüiros muertos en el Casanare hace unos meses
para poder dimensionar la tragedia: se habla de 45.000 reses muertas, de la
baja producción lechera en algunos sectores del país y lo peor, del total
abandono en zonas como La Guajira en donde los que mueren son los niños. Casi
nada ¿no?
Y
es que hablar de estas cosas no es nada fácil, porque da rabia, da indignación
y hasta desesperanza. No tenemos en el país, aún, hoy en día, en pleno siglo
XXI, planes definidos y concretos para poder hacerle frente a estos fenómenos
climáticos. Todo se corrige sobre la marcha, todo se trata de solucionar cuando
ya pasan las cosas, siempre se ponen en funcionamiento los llamados planes de
choque, pero no hay prevención, ni mucho menos planeación para afrontar los problemas
que se sabe, se avecinan.
A
uno le da estupor ver cómo, por ejemplo, en La Guajira, las autoridades locales
y el gobierno nacional tienen la desfachatez de sumergir en el olvido y en la
pobreza a un pueblo que merece el mismo tratamiento que cualquier otro en el
país. Parece que en ese departamento la gente solo sirve e interesa para votar.
¿Cómo es posible, por ejemplo, ver la falta de administración en Santa Marta,
ciudad capital de departamento, en donde el agua, por falta de obras, brilla
por su ausencia?
Y
eso no es que sea de ahora, eso es de años de olvido, desidia y corrupción. De
años de abandono y despreocupación, de años de gobernantes que no piensan en
sus gobernados sino en sus propios intereses.
Lo
peor está por venir. Quienes saben, dicen que octubre será la época más dura y
complicada de la sequía en Colombia, ¿y qué se está haciendo para solucionar la crisis y
hacerle frente de una vez por todas y de raíz, a estos problemas climáticos que
se han vuelto cotidianos cada año? Se necesitan soluciones a largo plazo, se
necesita inversión, se necesita que el país, el gobierno, se acuerden de que La
Guajira, y en general, esos pueblos abandonados de la Costa Atlántica y de
muchas zonas olvidadas como los antiguos Territorios Nacionales, también son
Colombia.
Estamos
hablando de vidas de seres humanos y de animales que se pierden por física
desidia. También de los daños ambientales y ecológicos por culpa de los
incendios forestales que se producen. Si seguimos así, este no será el tercer
mundo sino el quinto y en el peor de los infiernos.
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